sábado, 19 de mayo de 2012

HALITOSIS, MAL ALIENTO

INTRODUCCION

Halitosis, o mal aliento, es una afección de la que se da cuenta muy a menudo. Sea en forma de mal aliento ocasional que siente casi todo adulto sano al levantarse en la mañana, o sea en forma de problemas más serios o graves, desde trastornos metabólicos hasta tumores pulmonares, se dice que la halitosis afecta a casi 50 % de una población. A juzgar por la magnitud del mercado de ventas de colutorios y otros productos contra el mal aliento (de casi un billón de dólares según las últimas estadísticas), la halitosis es un problema personal que preocupa a mucha gente.
ETIOLOGIA
Puede ser, en general, provocada por la descomposición  bacteriana de partículas de alimentos, células, sangre y algunos componentes de la saliva. De este modo, 90% de las causas de halitosis se originan en la boca. Como las proteínas y otros agentes químicos en estos materiales se van descomponiendo en componentes más simples como aminoácidos y péptidos, se producen muchas sustancias volátiles (ácidos grasos y componentes de sulfuro) relacionadas con su descomposición. Entre ellas podemos mencionar el ácido propiónico (olor del vómito), ácido butírico (olor de la mantequilla rancia o carne pútrida), ácido valérico, acetona, acetilaldehído, etanol, propanol y diacil.
Otros productos de descomposición pueden pasar a formar parte de las vías metabólicas de las bacterias en la boca que se van desdoblando en compuestos volátiles. Este es particularmente el caso de aminoácidos que contienen sulfuro, como metionina, cisteína y cistina. Los compuestos sulfúricos volátiles (csvs) resultantes, como el sulfuro de hidrógeno, mercaptano de metilo, sulfuro de dimetilo y otras sustancias químicas (cadaverina y putrescina, diaminas fétidas), son, en parte, responsables por el olor de que se quejan los pacientes con halitosis (o la gente próxima a ellos). En el aire de la boca humana se han detectado unos 400 compuestos volátiles. Se ha hallado que son más de 300 las bacterias bucales que causan las concentraciones detectables  de cvs asociadas con la halitosis, con más de 80% de especies de placa subgingival solamente.
Se han hallado concentraciones más altas de csvs en los gases bucales emitidos por pacientes con enfermedad gingival, que en los pacientes sanos. Un estudio reciente demostró que las personas que se quejan de mal aliento tenían más lugares/áreas de hemorragias y placas con bacterias hidrolizantes BANA, que las que no habían dado cuenta del mal olor. Los csvs han estado recientemente implicados en un circuito de retroacción que comienza y finaliza con una salud buco dental deficiente. La higiene periodontal inadecuada puede producir inflamación gingival, creando bolsas hipooxigenadas (por ejemplo entre la encía y los dientes), atrapando en ellas bacterias anaeróbicas  gram- negativas. Estas bacterias comienzan luego la proteólisis de las proteínas salivales  y tisulares, que producen finalmente los csvs. Aparte de los obvios efectos en el olor del aliento del paciente, estos csvs incrementan la permeabilidad de la mucosa oral, aceleran la degradación del colágeno, demoran la cicatrización de las lesiones existentes, y afectan también la función celular gingival y periodontal. Todos estos efectos pueden reforzar o agravar las condiciones iniciales de la salud bucal deficiente que condujeron, en primer lugar, al desarrollo de anaeróbios halitóticos.
LA FUNCION DE LA LENGUA
Las bacterias anaeróbicas gram-negativas implicadas en la halitosis también se encuentran en la capa de recubrimiento lingual, primordialmente en el tercio dorsal, que es limpiada constantemente mediante una interacción mecánica con el paladar duro y los dientes (en contraste con los dos tercios anteriores de la lengua). El cepillado directo, los colutorios y los enjuagues antibacterianos pasan frecuentemente por alto esta zona porque pueden provocar náusea o porque ayuda a aislar la cavidad nasal del líquido con el que el paciente hace gárgaras. La lengua es un refugio excelente para las bacterias anaeróbicas debido a su extensa y continua superficie que presenta papilas gustativas y filiformes y grietas que se relacionan con las glándulas mucosales y amígdalas linguales. El crecimiento bacteriano en la lengua se parece a la acumulación de polvo en una alfombra muy pilosa; es por ello, incluso cuando la periodontitis está vinculada con la halitosis en un tercio de los pacientes (y algunos estudios sugieren que esta asociación no es muy sólida), que el mal aliento de pacientes está más relacionado con la placa del tercio dorsal de la lengua, que con la periodontitis (particularmente lo sugiere un estudio entre las subpoblaciones más jóvenes). El cepillado o limpieza de la lengua puede proporcionar un gran alivio para esos pacientes cuyo reflejo de náusea no se estimula muy fácilmente.
LA FUNCION DE LA SALIVA
Uno se pregunta, que si la cavidad oral proporciona un ecosistema tan apropiado para el crecimiento de bacterias, por qué entonces no está más difundida la halitosis crónica entre la población adulta. La verdad es que mientras el tercio dorsal de la lengua, los espacios interdentarios y los espacios entre encía y dientes proporcionan un medio fértil para el crecimiento per se, la boca es un ecosistema en constante oscilación térmica, química, mecánica e incluso biológica.
Mientras las proteínas salivales son apropiadas para la proteólisis bacteriana, la saliva contiene mucinas, oligosacarinas y otras sustancias son expedidas continuamente en la boca, facilitando la acumulación y expulsión de bacterias mediante una moción fluida normal. La saliva contiene además factores inmunes como inmunoglobulinas específicas. La oxigenación de la saliva inhibe la formación de bacterias anaeróbicas. El habla y la deglución ponen a los dos tercios anteriores de la lengua en contacto con las rugosidades del paladar, lo que sirve para limpiar esta parte de la lengua. Finalmente, cualquier patógeno debe con cientos de otros patógenos, anaeróbicos y aeróbicos, halitóticos y cariogénicos, como también con los cambios ambientales que crean estos otros patógenos. Por ejemplo, el azúcar en la cavidad oral se metaboliza por bacterias aeróbicas, muchas de las cuales producen ácidos como productos residuales. Estos ácidos reducen el pH del sistema por debajo del nivel que las bacterias anaeróbicas halitóticas pueden alimentarse o reproducirse. Lamentablemente, también provocan cavidades.
CONDICIONES SISTEMICAS Y HALITOSIS
Es importante notar que, mientras la higiene oral inadecuada y la saluda bucal deficiente pueden a menudo crear las condiciones ideales para el desarrollo de halitosis, su concurrencia no es precisamente indispensable. Otras causas de halitosis se relacionan con la excreción en la saliva de metabolitos normales (o anormales) de procesos y funciones corporales no-orales, este es el caso de la trimetilaminuria o << síndrome de olor a pescado>>, que resulta de la incapacidad del organismo de destruir completamente colina y que conduce a una acumulación en la sangre, y otros fluidos corporales del paciente, de trimetlamina, el compuesto responsable del olor a pescado en el aliento, orina y sudor del paciente. La gente está probablemente más familiarizada con el olor a cetona del aliento de los pacientes diabéticos, y el olor cetósico del aliento de los anoréxicos (y de algunos de los que están a dieta). Los problemas renales que pueden conducir a la uremia, producen un aliento con olor a orina, mientras que los problemas biliares y trastornos hepáticos, como la cirrosis le dan  al aliento un olor a ratonil. La leucemia y otros trastornos sanguíneos ocasionan asimismo efectos relacionados.
La halitosis es un trastorno secundario común entre los pacientes con xerostomía, o boca seca crónica, que a menudo es la consecuencia del avance de los años o de la irradiación de la cabeza y nuca, que se emplea para el tratamiento de muchos cánceres. Los medicamentos de uso más común, como los antihistamínicos, los antihipertensivos, y los que se utilizan para combatir la depresión en la enfermedad de Parkinson, pueden provocar xerostomía como efecto secundario. La función salival de los pacientes con xerostomía se debilita, lo que puede agravar o precipitar la periodontitis o simplemente aumentar la concentración salival de los csvs, aumentando por tanto su concentración en el aire espirado. Una disminución en el flujo salival asociado con los ciclos circadianos del sueño es lo que provoca el aliento matinal, que tantos conocen.
El hecho que frecuentemente se relaciona la halitosis con la xerostomía o sueño (cuando el flujo salival disminuye debido a los ritmos circadianos y al cese de la masticación y otra actividad oral-mecánica), demuestra el importante rol que desempeña la saliva en el control de la halitosis. La putrefacción bacteriana de las sustancias químicas es la que causa mayormente la halitosis. La saliva contiene proteínas, carbohidratos e inmunoglobulinas que interfieren con el metabolismo de las bacterias y con la adherencia bacteriana a las superficies orales, y que en algunos casos son bactericidas. Además, el rol de la saliva como un  solvente en el ambiente oral químico, sirve para controlar el olor bucal; los compuestos volátiles disueltos en la saliva no huelen hasta que se hayan evaporado en el aire bucal y nuestras mucosas nasales alcanzan a registrar los químicos evaporados en el aire. Es lógico, entonces, que si se reducen sus concentraciones en la saliva por medio de la estimulación del flujo salival, será más difícil para la presión de vapor en la boca, causada por la inhalación o exhalación, evaporarlos en el aire bucal, de modo de hacerlos menos detectables para nosotros y para otras personas. Los productos refrescantes del aliento tienden a ser bactericidas y a estimular la secreción salival. La masticación de chicle también estimula el flujo salival (y la eliminación de bacteria acumulada), la capacidad buffer o neutralizante, y la concentración de factores de defensa oral críticos; el chicle sin azúcar es menos cariogénico que el chicle con sacarosa  y otros azúcares, pero tiende a elevar el pH oral, haciendo el ambiente más acogedor para las bacterias anaeróbicas halitóticas.
Otras causas bucales de la halitosis pueden ser la ulceración a causa de diabetes, herpes o trauma, las complicaciones postoperatorias de una amidalectomía, o cirugía reconstructora oral, cánceres bucales, abscesos dentales, candidiasis, alimentos impactados, restauraciones inapropiadas de los dientes, uso de productos de tabaco y dentaduras sucias. Desde hace siglos se ha reconocido que los alimentos ricos en compuestos de sulfuro, como ajos, cebollas o curries (que contienen ambos), son otras de las causas de olor desagradable. Finalmente cualquier número de medicamentos (entre ellos, disulfiram, dinitrato de isosorbide, amonio triclorotelurado, incluso la tetraciclina), puede provocar halitosis como efecto secundario.
TRASTORNOS RESPIRATORIOS Y GASTROINTESTINALES
Las causas respiratorias de la halitosis incluyen la sinusitis, tuberculosis, carcinomas bronquiales, organismos extraños alojados en la cavidad del seno y hasta una faringitis simple. Las posibles causas gastrointestinales son más conflictivas; algunos investigadores aducen  que como la función del sistema gastrointestinal está aislada de las vías respiratorias, y como el estado normal del esófago es uno de colapso, el olor del aliento no significa nada adverso acerca de la función gastrointestinal.
Se han registrado casos de halitosis asociada con hepatitis, fístula colonogástrica (una complicación muy rara en la enfermedad de Crohn), con fístula aorto entérica y con varios divertículos. Otros investigadores (en trabajos todavía no ampliamente reproducidos), han estudiado patrones de halitosis en parejas y han sugerido una posible vinculación entre la bacteria Helicobacter pylori (implicada en las úlceras estomacales) y el olor del aliento. Este trabajo parece compartir ciertos principios con las recientes pruebas de H. Pylori en el aliento.
Un estudio italiano entre la relación entre la infección H. pylori y la halitosis, observó una correlación muy elevada entre la eliminación de H.pylori y la desaparición de halitosis (medido por el análisis de compuesto de sulfuro). No obstante, la terapia de erradicación doble que eliminó el H.pylori puede haber eliminado otra bacteria también presente. El estudio observó además que en presencia de H.pylori, los colutorios de clorhexidina no parecen ser completamente efectivos contra la halitosis.
DIAGNOSTICO
Durante siglos, el diagnóstico y medición de la halitosis se hacían a través de una evaluación humana, a través del propio sentido del olor, del olor de la saliva o aliento del paciente. Si bien los que tenían experiencia en evaluar el olor pueden haber desarrollado un grado de acuidad con respecto a compuestos específicos (en la investigación actual todavía se utilizan los expertos del olor), el procedimiento era muy subjetivo y no parece ser ahora muy apto como base para los diferentes tipos de diagnóstico. El proceso sensorial humano limita también la habilidad de los expertos para aislar un compuesto determinado, creando una relación hipo-aditiva no lineal entre el número de sustancias malolientes presentes y el número que puede ser detectadas por quienes evalúen la situación.
El diagnostico personal parece particularmente deficiente, porque un sentido del olfato que funciona normalmente, se desensibiliza ante los olores continuos. Además, los factores psicológicos como la paranoia, la esquizofrenia y un trastorno obsesivo-compulsivo pueden distorsionar el sentido del olfato del paciente ante su propio olor bucal, lo que puede conducir a una forma de hipocondría conocida como <halitosis engañosa o ilusoria>. Un estudio llevado a cabo en 1996, observó que la valoración personal del olor bucal era mucho más elevada que la asignada por un juez del olor y que no estaba asociada con la salud periodontal. En quienes se quejaban se había registrado un valor psicopatológico relativamente más elevado en un perfil <<SCL-90>>, que en un grupo de referencia de igual edad y sexo, en el que no se había comprobado halitosis.
Un estudio japonés reciente es indicativo de los problemas de diagnóstico personal. Ha hallado que los pacientes, que se quejaban principalmente de halitosis, era mucho menos probable (por un factor dos), diagnosticar halitosis que en los pacientes que se quejaban en primer lugar de otra afección (digamos, periodontitis o gingivitis), y secundariamente de halitosis. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la mayoría de los pacientes cuya primera queja era la halitosis no padecían realmente de halitosis, sino  de una halitosis ilusoria debido a suposiciones basadas en las actitudes de otras personas. No es de asombrarse que los investigadores observaron que los pacientes que se quejaban de halitosis peor que no se les confirmaba el diagnostico, eran los que se sentían más disastisfechos con la calidad del tratamiento recibido.
Otro estudio de evaluación personal, utilizó una prueba microbilógica para diferenciar entre la halitosis psicogénica y orgánica. La prueba consistió en observar la precipitación de sulfuro de plomo sobre el extremo de un aplicador embebido en un medio de cultivo de bacterias anaeróbicas con suplementos especiales. La prueba era lo bastante eficaz para clasificar a los pacientes cuya condición (de halitosis psicogénica y orgánica), había sido establecida por un método de entrevistas.
Entre las medidas más objetivas figuran el uso de monitores portátiles de sulfuro, cromatografía de gases, detectores de llama fotométrica, y espectrómetros de masa. Como estos procedimientos de medición varían desde los más limitados pero convenientes hasta los más caros y pesados, una gran cantidad de investigación dental está dedicada a establecer una correlación de costo más bajo para los reconocidos marcadores clínicos de la halitosis. Niveles de sustancia como BANA (benxolarginina-2-naftilamida hidrolizados por mucha microflora oral) son utilizadas como instrumentos para determinar los niveles de las sustancias químicas implicadas en la halitosis que otras sustancias más caras de detectar. Se ha demostrado que la prueba BANA, por ejemplo, es muy útil para detectar compuestos que causan la halitosis pero que son independientes de los niveles csvc.
Un estudio reciente sobre las técnicas de medición actuales de cuenta del progreso obtenido con detectores de óxido de zinc y de quemiluminescencia nitrógena. El detector de queminluminescencia, por ejemplo, permite la medición precisa de los compuestos de nitrógeno (como indol y cadaverina) en las matrices orgánicas. Esto puede ayudar a los investigadores a determinar si estos compuestos nitrogenados están presentes en hasta ahora concentraciones no detectables en el aliento.
Un estudio japonés de 1996, que utilizó un semiconductor de film delgado de óxido de zinc ha demostrado que esta tecnología sensorial puede ser eficazmente utilizada en la elaboración de monitores de halitosis fáciles de manipular. El monitor, que detecta los csvs en el aliento, tenía medidas que estaban muy correlacionadas con las de los expertos de olores, con los monitores portátiles de sulfuro y con el cromatógrafo de gas.
TRATAMIENTO
El tratamiento costo-efectivo y seguro del mal aliento debe incluir el cepillado regular de los dientes, hilo dental y limpieza de la capa de recubrimiento de la lengua. Estas técnicas ayudan a controlar la microflora oral que es la causa de la halitosis y de la caries dental. La investigación ha demostrado que las concentraciones salivales de tiol (como mercaptano), que son los precursores del olor bucal desagradable, pueden ser considerablemente reducidas mediante el uso de soluciones o pastas dentífricas que contienen peróxido de hidrógeno. Los colutorios que contienen gluconato han demostrado ser efectivos para controlar los microbios orales, aunque producen efectos secundarios, como la tinción dentaria. Los tratamientos más avanzados, como el uso de antibióticos, están raramente indicados, salvo en los casos de infecciones orales postoperatorias.

Dr. Mario Baquerizo Od. Telf:065-672594 / 94536046 
 
 

viernes, 18 de mayo de 2012

La Enfermedad Periodontal (II)

¿Qué son las enfermedades periodontales?
La palabra periodontal significa literalmente "alrededor del diente". Las enfermedades periodontales, también conocidas como enfermedades de las encías, son infecciones bacterianas graves que destruyen las encías y los tejidos que rodean la boca. Si la inflamación se deja sin tratar, la enfermedad continuará y los huesos subyacentes alrededor de los dientes se desintegrarán, y ya no podrán mantener a los dientes en su lugar. La inflamación crónica, que resulta de la enfermedad periodontal, es responsable del 70 por ciento de las pérdidas de dientes en adultos, y afecta al 75 por ciento de las personas en algún momento de sus vidas.

¿Qué causa la enfermedad periodontal?
Al igual que en muchas otras enfermedades de la salud oral, las bacterias y la formación de placa a menudo son las culpables. De hecho, la formación de placa es la causa principal de las enfermedades de las encías. Otras posibles causas de las enfermedades de las encías son las siguientes:

  • Genética.
  • Elección del estilo de vida.
  • Dieta baja en nutrientes.
  • Fumar o consumir tabaco sin humo.
  • Enfermedades autoinmunológicas o sistémicas.
  • Diabetes.
  • Cambios hormonales en el cuerpo.
  • Bruxismo (apretar los dientes incesantemente).
  • Ciertos medicamentos.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad periodontal?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la enfermedad periodontal. Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir los siguientes: 
  • Encías sensibles, hinchadas y rojas.
  • Sangrado al cepillarse y, o al limpiarse con hilo dental.
  • Encías retraídas.
  • Dientes flojos o separados.
  • Mal aliento persistente.
  • La dentadura postiza ya no encaja.
  • Pus entre los dientes y encías.
  • Cambio de la mordida y de la alineación mandibular.
Los síntomas de la enfermedad de las encías pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Consulte a un dentista o a otro especialista de la salud oral para su diagnóstico.
   

   ¿Cuáles son los diferentes tipos de enfermedades periodontales?
Los diferentes tipos de enfermedades periodontales se clasifican a menudo según la etapa de la enfermedad en el momento de la evaluación, incluyendo:
  • La gingivitis.
    Con la gingivitis, la forma más leve de la enfermedad periodontal, las encías tienden a estar rojas, hinchadas y con dolor, lo que causa el sangrado fácil durante la limpieza diaria y el uso de hilo dental. El tratamiento prescrito por un dentista y el cuidado constante y adecuado en el hogar ayudan a resolver los problemas asociados con la gingivitis.
  • La periodontitis leve.
    La gingivitis sin tratar conduce a la periodontitis leve. Este estadio de la enfermedad  de las encías muestra evidencia de que el hueso que rodea al diente está empezando a erosionarse. La atención médica inmediata es necesaria para prevenir mayor erosión y daño.
  • La periodontitis de moderada a avanzada.
    Este estadio más avanzado de la periodontitis muestra una pérdida significativa del hueso y de los tejidos que rodean a los dientes.
Tratamiento de las enfermedades periodontales
El tratamiento específico para la enfermedad periodontal será determinado por su dentista basándose en lo siguiente:
  • Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
  • Que tan avanzada está la enfermedad.
  • Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
  • Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
  • Su opinión o preferencia.
El tratamiento podría incluir una o la combinación de lo siguiente:
  • Eliminación de placa.
    La limpieza profunda sirve para eliminar la placa y el tejido infectado en las etapas tempranas de la enfermedad, mientras se alisan las superficies dañadas de la raíz de los dientes. Luego, las encías pueden volver a adherirse a los dientes.
  • Medicamentos.
  • Cirugía.
    Cuando la enfermedad está avanzada, se limpiarán las áreas infectadas debajo de las encías, y se reformarán o reemplazarán los tejidos. Los tipos de cirugía son los siguientes:
  • Reducción en bolsa.
  • Procedimiento de regeneración.
  • Injerto de tejido blando.
  • Agrandamiento de corona.
  • Implantes dentales.

    Consultas Gratis al: 65-672594 / 94536046     
    Dr. Mario Baquerizo Od.

jueves, 17 de mayo de 2012

LA ENFERMEDAD PERIODONTAL (I)

  ENFERMEDAD PERIODONTAL UNA EPIDEMIA INVISIBLE
  La enfermedad periodontal causa a los americanos la pérdida de más dientes, que todos los otros factores causales juntos. Sin embargo esta enfermedad habitualmente puede ser tratada, si es detectada a tiempo. Y está claro que es muy importante, mantener los propios dientes, para poder realizar una eficiente masticación, hacer buena digestión, tener agradable apariencia y evitar en lo posible los problemas de las dentaduras postizas. La principal razón es, que no se entienda qué es la enfermedad periodontal; segunda, que pueda ser prevenida, y tercera, que  puede ser tratada.
El 90% de los adultos padecen algún tipo de enfermedad periodontal; menos frecuentemente puede comenzar en la década de los 20 años y en la pubertad.
Esta enfermedad es tan vieja como el hombre; cráneos de personas que vivieron hace cientos de años han sido encontrados, con lesiones destructivas en el hueso de soporte periodontal; Los Egipcios, Griegos y Fenicios ferulizaban con alambres los dientes perdidos  (por enfermedad periodontal) a los adyacentes y los Etruscos hacían asombrosos y complejos mecanismos en oro para sujetar dientes debilitados por pérdida de su soporte.
    
¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD PERIODONTAL?
 
      Existen  diferentes tipos de Enfermedad  Periodontal. Las más comunes son la Gingivitis y la Periodontitis Crónica del Adulto, entre las periodontitis, todas tienen una cosa en común, y es que destruyen las estructuras de soporte del diente.
      La Gingivitis es una inflamación superficial de la encía causada por irritación bacteriana, y es común a todas las edades, desde la edad escolar hasta los adultos. La Periodontitis, que se denominaba "Piorrea" (en Griego: salida de pus),se trata de una inflamación crónica, con destrucción del hueso, y del ligamento que une al diente con este hueso. Al ser destruidas las fibras del ligamento periodontal, el margen de la encía esta separado del diente, formándose una bolsa, de la cual a menudo puede verse salir pus.
       Conforme la pérdida de hueso sea más severa, las bolsas tienden a hacerse más profundas y el diente evoluciona hacia su pérdida definitiva. La pérdida de los dientes se acompaña de frecuentes abscesos y flemones, previos a que el diente sea extraído por un dentista, o bien caiga solo.
 
  ¿CUÁLES SON LOS SIGNOS DE LA ENFERMEDAD PERIODONTAL?
 
El sangrado de las encías, el típico "cepillo sonrosado", es el más común de los signos de la inflamación gingival. La hinchazón de las encías y el sangrado de éstas, puede provocar unas ligeras molestias, que desafortunadamente pueden por frecuentes y poco dolorosas, ser aceptadas, y tenidas poco a poco por normales.  
Existen muchos casos de enfermedad periodontal, en que el  signo sangrado de las encías no aparece claramente.
    Hay algunos signos más que pueden indicar enfermedad periodontal; uno o más dientes puede empezar a moverse, y/o protuir, desplazándose hacia delante o separarse dejando espacios intermedios; se puede observar una recesión de la encía, que ya no llega hasta la corona del diente, dejando al descubierto las raíces de los dientes. Dolorosos abcesos pueden producirse, al no poder salir al exterior el pus formada en el interior de las bolsas periodontales.
      Desgraciadamente estos signos y síntomas no aparecen hasta  que la enfermedad está bastante avanzada.
Esta es la razón por la que se debe ir al dentista para que éste realice revisiones periódicas, y preguntarle, para nuestra seguridad, por la existencia de algún signo de esa enfermedad requiriendo de éste un examen periodontal.
 
¿CÓMO ES DIAGNOSTICADA LA ENFERMEDAD PERIODONTAL?
 
      Un dentista o una higienista dental cualificada están capacitados para inspeccionar el color, el aspecto y contorno de la encía. Valorando la pérdida de inserción, al utilizar una sonda e introduciéndola suavemente entre la encía y el diente, calibrar la profundidad de las bolsas. Este examen se denomina, sondaje periodontal, y debe formar parte de cualquier examen o chequeo, que se considere completo, en un individuo adulto principalmente. Las radiografías son necesarias para descubrir las pérdidas de soporte óseo, el tipo y la cantidad. Y un minucioso estudio  de las relaciones oclusales entre los dientes al morder, puede poner en evidencia una causa adicional de pérdida de soporte.
   
¿QUÉ CAUSA ENFERMEDAD PERIODONTAL?
 
       El principal factor causal es la placa bacteriana, una sustancia viscosa que se colecciona diariamente en la superficie del diente, con un color que mimetiza el color de éste, por lo que es difícilmente objetivable a simple vista. Está formada, por bacterias, muscina salival, descamación de los epitelios, restos de alimentos, secreciones y fluídos procedentes del surco gingival.  
  La placa bacteriana, con el tiempo se endurece al calcificarse por precipitación de las sales que hay en suspensión en la saliva y fluídos orales, formándose concreciones calcáreas adosadas a la superficie de diente, denominadas cálculos de sarro.  
      La placa bacteriana endurecida se localiza preferentemente en el margen gingival y en los espacios interdentales. En las personas que tienen un hábito de cepillado poco cuidadoso una película de placa bacteriana puede cubrir la mayoría de la superficie del diente. Si esta situación se mantiene, no sólo aumentan de tamaño estos depósitos, sino que como consecuencia de los esfuerzos del organismo por mantener a raya la invasión bacteriana, se produce la inflamación de la encía, y en este caso, la enfermedad progresa hacia el interior del surco gingival afectando al sistema de soporte del diente, al que destruye paulatinamente. Las obturaciones, coronas y puentes inadecuados pueden potenciar el efecto de este factor local agresivo; así mismo, existen
factores de tipo sistémico, como pueden ser, susceptibilidad personal a la placa bacteriana, componente, que puede también ser debido a una predisposición hereditaria, trastornos hormonales de diversos tipos, como la diabetes miellitus, embarazo, disfunción tiroidea, pueden empeorar la condición gingival, porque son capaces de interferir en la respuesta inmunitaria del sujeto, debilitándola.  
           
   
¿CÓMO PUEDE SER PREVENIDA LA ENFERMEDAD PERIODONTAL?
 
Hace aproximadamente 1.000 años los Griegos, Romanos y Chinos, observaron que a través de la limpieza minuciosa de los dientes podía prevenirse la enfermedad periodontal, y dejaron descripciones minuciosas al respecto. Modernas investigaciones, y la experiencia clínica, han demostrado que ellos estaban en lo cierto. Pero todavía hoy en día está por descubrir un método más cómodo y efectivo que éste para prevenir la enfermedad.
        El primer y más importante paso a dar, es aprender una técnica de cepillado eficaz. Mediante el uso de un espejo intraoral, se pueden visualizar restos de alimentos, pero la placa bacteriana, es muy difícilmente detectable mediante este método y son estas bacterias que forman parte de la placa, el factor verdaderamente peligroso; afortunadamente existe un método para poner en evidencia a la exploración visual esta placa bacteriana, y el uso de colorantes de origen vegetal, que tincionan la placa "revelándola". Son los reveladores de placa, que nos indican si hemos sido efectivos con nuestro cepillado, permitiendo localizar claramente estos depósitos no eliminados correctamente.
   
         El dentista deberá diseñar un programa de higiene oral  individualizado para cada paciente. Todos los programas en higiene oral tienen 2 requerimientos básicos: la eficaz eliminación de la placa bacteriana mediante el uso propio cepillo, y hacerlo de tal forma, que la presión ejercida sobre el cepillo sea tal que no dañe las estructuras a proteger del diente y la encía.
El uso de la seda dental, a pesar de ser una técnica bastante tediosa, es importante ya que es la placa que se acumula  entre los espacios interdentales la que origina que la mayoría de las bolsas se originen en esta área, y progresen más rápidamente, por ser zonas de difícil acceso al arrastre mecánico de la placa.
         Algunos dentistas pueden encontrar útil el uso de los estimuladores interdentales, que son unas puntas cónicas de goma o madera, que son introducidas en los espacios interdentales. Estas puntas de goma vienen incorporadas en algunas marcas de cepillos.
         Otros útiles que se pueden emplear son los aparatos que permiten una irrigación mediante chorro líquido intermitente o continuo; se ha demostrado su utilidad para limpiar bandas de ortodoncia, y en sujetos disminuidos físicos y psíquicos, siendo manejados en estos casos por sus monitores, no está demostrado que sean capaces de arrastrar placa, pero sí partículas de alimentos retenidos. También se pueden utilizar para vehiculizar medicamentos con actividad antibacteriana.
         La limpieza diaria y minuciosa de los dientes reduce a un mínimo el acumulo de placa y consecuentemente de cálculos; la eliminación completa de esta placa es muy difícil y debe aproximarse al 80%, lo que se considera alcanzable. Consiguiendo estos niveles de higiene oral se puede mantener la encía sana y firmemente insertada, pero no se puede obtener un estado óptimo de salud gingival sin la eliminación previa de los depósitos de cálculos adheridos a la pared del diente. Esta maniobra denominada "raspaje", debe ser llevada a cabo por el dentista o por la higienista dental cuando éstos se encuentran por encima del margen de la encía. Para la eliminación de este cálculo supragingival, se utilizan aparatos de ultrasonidos, que generan una vibración que desprende los cálculos, el alisado de la pared radicular debe llevarse a cabo con instrumentos manuales (curetas) y el pulido final de la superficie para que la placa se adhiera más difícilmente y el cepillo la arrastre con mayor facilidad con copas de goma y pastas de pulido.
 
  ¿EN QUÉ CONSISTE EL TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD PERIODONTAL? 
   En los estados iniciales, la mayoría de los tratamientos incluyen raspajes y alisados de la superficie dentaria bajo el margen de la encía. Así de simple. Se utiliza un instrumento para ello denominado cureta, utilizado para remover placa, cálculos y tejido inflamatorio de las paredes blandas de la bolsa alrededor del diente. Las irregularidades en la superficie de éste, deben ser alisadas para dificultar los nuevos depósitos eliminando consecuentemente colonias bacterianas e irritantes químicos y físicos que desencadenan la inflamación. Esto habitualmente es suficiente para que la encía por sí sola se readapte e inserte de nuevo a la pared del diente, y en la mayoría de los casos desaparezca la bolsa. Por supuesto se requiere que esto acompañe de una higiene oral correcta diariamente, para conseguir un resultado óptimo.
    En casos más avanzados el tratamiento sería más complejo. Si después de remover los depósitos en la primera fase del tratamiento persisten bolsas activas remanentes deben ser tratadas mediante cirugía menor, bajo anestesia local. Estos procedimientos quirúrgicos tienen varias finalidades, como son conseguir nueva inserción, reinserción o procurar a los tejidos una arquitectura que permita al paciente, un mejor mantenimiento de las superficies, libres de placa, con las técnicas de higiene oral.
Otros métodos pueden ser necesarios en el tratamiento de la enfermedad periodontal dependiendo de la causa y naturaleza del problema. El periodoncista es la persona indicada para diagnosticar según el tipo de lesiones, entre los diferentes tipos de enfermedad periodontal, y obrar en consecuencia, y algunos casos serán muy complicados si existe un estado avanzado, debido a una grave negligencia.
     En casos avanzados donde se pueden haber perdido muchos dientes, o por otras causas, es necesaria una terapia para la mordida, técnicamente denominada oclusión; esta terapia, puede consistir en un ajuste de la oclusión, ortodoncia, o la elaboración de un dispositivo plástico llamado férula oclusal, o férula de descarga.
 
     Los pacientes con enfermedad periodontal, han de ser supervisados periódicamente, para realizar tratamiento preventivo, o terapia de mantenimiento (como ahora se denomina), eliminando el nuevo cálculo acumulado, y puliendo los dientes, para revisar la oclusión y reevaluar las lesiones tratadas.
Pero lo más esencial en esta fase es que el paciente controle diariamente la placa bacteriana con sus técnicas de higiene oral, para así poder mantener estables los resultados obtenidos con el tratamiento profesional.
   
 
QUIÉN REALIZA EL TRATAMIENTO PERIODONTAL?
 
    Todas las escuelas de odontología tienen actualmente programas de estudio en los que se incluyen el reconocimiento y tratamiento de formas iniciales de enfermedad periodontal; esto es de la máxima importancia, puesto que es el dentista general, quien tiene mayores oportunidades para destacar esta enfermedad y el más indicado para tratarla en estadíos iniciales. Los profesionales de la odontología juegan un papel fundamental en la prevención de la enfermedad periodontal dando información y procurando la motivación de sus pacientes. Algunos dentistas generales, siguen cursos de adiestramiento, que les facultan para tratar a sus paciente periodontales, pero la mayoría de los dentistas generales derivan los casos en estadíos intermedios y avanzados a los periodoncistas, que han tenido una  especialización en el cuidado y tratamiento de la enfermedad periodontal.
       No obstante el paciente periodontal deberá acudir a su dentista o periodoncista varias veces al año, para que éste se ocupe del seguimiento y mantenimiento de la salud periodontal. El 90% de los casos un  diagnóstico a tiempo y un apropiado tratamiento, hacen posible, que los dientes que son viables, perduren y sean mantenidos en su función.
 
Dr. Mario Baquerizo Albàn Od.
Consultas al:990010489/652672594

martes, 15 de mayo de 2012

El Bruxismo

¿Qué es el bruxismo?
Bruxismo es el término que hace referencia a la acción incesante de rechinar y cerrar los dientes sin intención de hacerlo y en momentos inadecuados. Las personas que padecen de bruxismo a menudo no se dan cuenta de que han desarrollado este hábito, y no saben que el tratamiento está disponible hasta que se han dañado  la boca y  los dientes. A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del bruxismo. Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir los siguientes:

  • Dientes desgastados ó astillados.
  • Dolor facial.
  • Dientes demasiado sensibles.
  • Tensión de los músculos de la cara y de la mandíbula.
  • Dolores de cabeza.
  • Dislocación de la mandíbula.
  • Daños en el esmalte dental, que exponen la parte interna del diente (dentina).
  • Crujido o chasquido en la articulación temporomandibular.
  • Indentaciones de la lengua.
  • Daños en la parte interior de la mejilla.
Los síntomas del bruxismo pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Consulte a un dentista o a su médico para su diagnóstico.
¿Qué causa el bruxismo?
Aunque este hábito es involuntario, los especialistas de la salud oral a menudo consideran como causas características del bruxismo la tensión excesiva y ciertos tipos de personalidad. El bruxismo suele afectar a las personas que experimentan tensión nerviosa,  ira, dolor o frustración frecuentes y a las personas demasiado competitivas, apresuradas o con tendencias agresivas.

¿Cómo se diagnostica el bruxismo?
Durante las visitas periódicas al dentista, se examinan los dientes en busca de evidencias de bruxismo -- a menudo indicadas por la apariencia plana de la punta de los dientes. Si los síntomas están presentes, se observan los cambios ocurridos en las siguientes visitas antes de establecer un programa de tratamiento.

Tratamiento para el bruxismo:
El tratamiento específico para el bruxismo será determinado por su dentista o médico basándose en lo siguiente:

  • Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
  • Que tan avanzada está la enfermedad.
  • Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
  • Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
  • Su opinión o preferencia.
Aproximadamente una de cada tres personas sufre de bruxismo que, en la mayoría de los casos, puede ser tratado con éxito. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
  • Modificación de la conducta.
    Enseñar al paciente a descansar la lengua, los dientes y los labios de manera adecuada. Explicarle cómo descansar la lengua hacia arriba puede aliviar la incomodidad en la mandíbula al mantener los dientes separados y los labios cerrados.
  • Boquilla.
    Durante la noche se puede usar un dispositivo para la boca de plástico para absorber la fuerza de la mordida. Este dispositivo sirve para evitar daños en el futuro a los dientes y ayuda a cambiar la conducta del paciente.
  • Alimentacion Blanda.
  • Medicacion. (analgesicos, antinflamtorios y relajantes musclares)      
  • Ajuste oclusal.
  • Placa de relajacion.

lunes, 14 de mayo de 2012

Blanqueamiento Dental

Las técnicas de blanqueamiento dental, encuadradas dentro de la Odontología Estética, constituyen actualmente uno de los recursos con mejores expectativas dentro de los tratamientos estéticos sencillos y conservadores.

 

El blanqueamiento dental puede realizarse a un conjunto de dientes comprometidos estéticamente ó bien a un sólo diente que pueda haberse oscurecido tras una endodoncia ó trauma dental
Así pues el blanqueamiento dental puede ser:
blanqueamiento dental interno (en dientes no vitales únicamente)
blanqueamiento dental externo

BLANQUEAMIENTO INTERNO
Si se trata de un diente endodonciado se recurre a la técnica del blanqueamiento intern (se explicara en otra publicacion) que puede complementarse a su vez con las técnicas de blanqueamiento externo.
                                         

BLANQUEAMIENTO EXTERNO
Las técnicas actuales de blanqueamiento se basan en la utilización de dos productos:
- peróxido de carbamida (en general para tratamientos ambulatorios)
- peroxido de hidrógeno ( básicamente para tratamientos en Clínica)
Estos productos son capaces (mediante la activación por calor y/o luz especial ) de desprender moléculas de H²O² que son capaces de “filtrarse” a través del esmalte de los dientes por los túbulos dentinarios.  Existen aproximadamente 15000 túbulos dentinarios/mm². Así, el tejido interno (dentina) que da color a los dientes, sufre un proceso de oxidación que se traduce en un blanqueamiento de los tejidos dentarios. Así pues, se trata de un blanqueamiento desde "dentro" del diente.
                                                    

La intensidad de blanqueamiento dependerá de cada paciente, de su color particular que deberá ser estudiado por el especialista para determinar las expectativas del blanqueamiento.
Responden bien casi todos los dientes excepto aquellos con tinciones por tetraciclinas (colores marrones ó grises).







Contraindicaciones generales del blanqueamiento dental
  • Dientes sensibles
  • Exposiciones dentinarias
  • Exposiciones radiculares
  • Embarazo
  • Lactancia
  • Menores de edad
  • Traumatismos dentales
  • Reabsorción radicular
  • Defectos de desarrollo del esmalte
  • Pérdida importante del esmalte
  • Grietas ó fisuras
  • Caries
  • Enfermedad periodontal sin tratar
  • Pigmentación provocada por corrosión de amalgamas (sólo saldrán quitándolas con una fresa)
  • Composites desdaptadados ó filtrados
  • Dientes con grandes restauraciones u obturaciones repetidas en el mismo diente
  • Dientes muy oscuros
  • Morfología dental anómala (su estructura interna puede ser rara)